Soy un emigrante. Desde que asumí conscientemente mi condición, he desarrollado más fácilmente habilidades para adaptarme al entorno con muchos menos traumas. El proceso de adaptación pasa por hacer aikido a los caprichos meteorológicos, los sociales y en mi caso, muy especialmente, a la nostalgia culinaria: Parece una cosa fútil, pero de qué comemos (y cómo) depende mucho el éxito de estas aventuras trashumantes.
No soy de naturaleza extremista, por lo cual no me refiero a intentar continuar comiendo lo mismo y de la misma forma que en tu país de origen, eso sería una insensatez. Hay que disfrutar de la diversidad y, en ocasiones, beneficios de las costumbres culinarias locales. Pero hay momentos en que los recuerdos olfativos y gustativos son muy fuertes, y en alguien que se ve imposibilitado de satisfacerlos, pueden ocasionar trastornos imprevisibles. (de repente no, ¿pero a que ha quedado ostentosa la frase? :>> ). Extrapolo desde lo que le pasa a las personas que hacen regímenes para adelgazar, que a medida que le quitan placeres, se ponen de mal humor… que en el caso de los emigrantes es fatal, porque el buen humor es imprescindible para aquello del aikido que les conté.
Y es que hay olores, sabores y texturas que son fuente de equilibrio y hay que tratar de experimentarlas de vez en cuando. Sobre todos aquellos impregnados con amor en nuestra infancia. (donde también se des-impregnaron los que rechazamos). Ahora bien, hay destinos migratorios que no tienen los ingredientes de dichos placeres, y entonces allí si que la llevamos mal… justo hasta que la necesidad propicia la creatividad y surgen emigrantes que resuelven el problema, creando de paso, buenos negocios.
Hoy les traigo, un ejemplo curioso de esta creatividad, y es el caso de un producto consumido por los Venezolanos. Una Harina de Maíz refinada para hacer su acompañante típico, la Arepa, que la Real Academia define como:
«f. Ant., Col. y Ven. Especie de pan de forma circular, hecho con maíz ablandado a fuego lento y luego molido, o con harina de maíz precocida, que se cocina sobre un budare o una plancha.”
En Venezuela existen muchas marcas de harina precocida, pero quien rescató la tradición de la arepa desde 1960, – que antes era de maíz pilado – fue la Harina P.A.N. (Por cierto las siglas significan Productos Alimenticios Nacionales.)
Y la curiosidad es cómo emigrantes de un país, con casi inexistentes antecedentes migratorios, se las arregla para encontrar sus productos. En este link http://caracas.servebeer.com/cocina/pan.html podrán encontrar proveedores de dicha harina en casi todo el mundo.
Bueno provecho.