Música para planchar

Una madrugada de hace ya algunos años, me topé con un programa de televenta que anunciaba una oferta insuperable (como todas) que consistía en cincos discos compactos con la mejor música para conducir. (manejar carros)

Entre lo que pude entender del anuncio, que iba en Inglés, el vendedor aseguraba que la selección estaba hecha a partir de detallados estudios científicos sobre temas clásicos y contemporáneos de Pop, Country y Rock, interpretados por los más populares artistas. El anuncio dejaba ver la imagen de un adulto contemporáneo emprendiendo un largo viaje en su mercedes descapotable, atravesando valles y montañas, sonriente y escuchando su musiquita. En ese momento pensé en aquella resignada y sabia frase de mi abuela: ¡Ya no hayan como sacarle los cobres a uno!

La semana pasada, una lectora, maléfica (que no es adjetivo sino nombre, que he puesto la coma), me comentaba sobre su preferencia de escuchar música mientras planchaba, al igual que este servidor, y pues se activó una sinapsis oxidada que hizo que me acordara del anuncio con el que he comenzado la nota. Y algo más, de aquel antaño popular efecto Mozart.

Sobre la música y el estudio también se ha hablado mucho, y curiosamente los científicos en lo que se han puesto de acuerdo, es que lo mejor para estudiar, sobre todo cuando se hace en soledad, es el silencio. Pero no funciona así para otras aventuras humanas como conducir, cocinar, limpiar, hacer ejercicio, el amor –que también es un ejercicio- y demás, en esos casos se les potencia el sabor, o simplemente se hacen más llevaderas en compañía de la música.

Así, cada actividad tiene un ritmo y la música que se escucha (u oye) mientras se realiza suele estar en concordancia con éste. Por ejemplo, hay cierto tipo de música que sólo tolero planchando y en ningún otro contexto. Si escucho otra cosa, las camisas me quedan arrugadas y las franelas no las doblo igual, e incluso por descuido, hasta me descubro haciendo excentricidades, como planchar la ropa interior. ¡Hasta donde puede llegar la influencia musical!

Si que hay cierta música especial para determinadas actividades, pero no sé hasta que punto responda a patrones aplicables a todos, y no se trate más bien de preferencias particulares. Vamos, que en mi caso el efecto Mozart pudo haberse llamado efecto Billo’s y todos tan tranquilos.

¡Vayá!

0 pensamientos en “Música para planchar

  1. El efecto Billo’s JA JA JA, y yo me pensaba ocurrente 🙂 Pero sí, definitivamente hay ritmos para diferentes cosas, yo tengo un disco que es de mantras tibetanos cantandos en ruso que deja tronado como a los 10 minutos. Y ese es el que pongo cuando ando desesperado en una cola horrible o tráfico muy fuerte.

  2. No en balde se dice que la música amansa a las fieras.

    Yo a veces me pregunto – ociosidades mías – qué música habrán escuchado durante su gestación, las madres de algunos cromagnones que fungen hoy día de Presidentes de Repúblicas Bananeras… con inclusiones ( e incursiones) en territorio europeo.

    Un abracito de casi fin de semana,
    Palas Atenea

  3. jeje!
    Como expones, me concentro más con el silencio, pero con música suave y clásica también estudio y rindo. Las pocas veces que plancho me aburro terriblemente y plancho por salir del paso si no tengo una música enérgica y alegre. Pongo una emisora moderna y de jóvenes y todo perfecto, entonces resulta hasta entretenida la cosa. De pronto se hace divertido alisar ropa cuando canto una canción que me gusta jeje.

    Seguramente hay música que hace más llevadera las colas al trasladarse en carro u otra distinta (quizás más ruidosa) para los viajes largos. De cualquier forma, creo que lo más conveniente es uno mismo grabar sus canciones y ser feliz en su carrito.