Esto pasó ayer, y me veo en la obligación de citarlo. La multinacional Samsung, cierra «por sorpresa» su fábrica de teléfonos celulares (móviles) en Barcelona, Cataluña, España (y otra en el Reino Unido) y muda su producción a China y Eslovaquia. La mayoría de los empleados se enteraron por la televisión. Otra multinacional, Philips, también aunció su retirada hace unos días. Todo esto, pese a las ventajas fiscales que el estado español ofrece para que se establezcan en el país. Samsung se compromete a contratar a una agencia para recolocar a los 446 empleados (calificados) antes de marzo del 2005, probablemente es para palear un poco la mala imagen. Por su parte, las reacciones iniciales del gobierno de Cataluña, es el llamado al boicot de los productos de la multinacional. Creo que, tristemente, estas escenas se repetirán.
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