Attenzione: La nota de hoy tiene un riesgoso tufo a pedantería, pero qué puedo hacer: Todo sea por la comunicación.
Frasier es mi sitcom preferida. Al punto de dejarme los pies fuera de la cobija para comprar los dvdes con sus temporadas completas. Pero con los que compro aquí, los de región dos, pasa algo muy curioso. No es posible oír en inglés a los actores y leerlos en español. Quiero decir, existe audio en Inglés, Francés y Español; y subtítulos en Inglés, Francés, Danés, Holandés, Noruego y Sueco, pero no en Español.
Y esto, creo, es una costumbre tan arraigada como la tortilla de patatas. Aquí al cine se va a ver y a oír, y no a leer. Por eso, todas las películas que se exhiben en el reino son traducidas al Español, (incluídas las del género porno) con todos los inconvenientes del caso. ( del «caso» de todos los géneros quiero decir 🙂 ) Si quieres ver un filme como Dios manda, debes acudir a una etnia minoritaria de salas de cine que ofrecen las películas en lo que se conoce como VOS, (versión original subtitulada) salvación para los fundamentalistas del, no sé por qué, llamado séptimo arte. Por regla general no he tenido crisis de adaptación, pero escuchar a la Kidman, por ejemplo, ceceando y diciendo ¡hostia! (u ¡ostia!) en lugar de oh shit!, me produce un peligroso sofoco con el que se me atoran las cotufas. (palomitas)
En algunos episodios de Frasier incluso se cometen verdaderos delitos contra los derechos de autor con esto del doblaje. Por ejemplo, hay un capítulo que recibió en el año noventa y cinco el premio Emmy al mejor guión. Una belleza. Bueno, en la escena cumbre de la versión original hay una sirvienta guatemalteca (rasgos incluídos) que no entiende inglés y habla en español. Un alemán que no habla inglés y Frasier, que habla Inglés y machuca el español para entenderse con la sirvienta. Para dirigirse al alemán usa como intérprete a la sirvienta que, sorpresivamente, habla alemán, porque trabajó para una familia alemana que huyó a Guatemala después de la Segunda Guerra Mundial. Bueno, en la versión doblada en España, la criada es francesa, Frasier no machuca el español sino el francés y la criada habla alemán porque, agárrense, trabajó para una familia alemana que ¡huyó a Francia! después de la guerra. Semejante disparate.
Después de darle algunas vueltas, creo que esta costumbre del doblaje, tiene su origen en la censura de la posguerra española. Donde se hacía necesaria para proteger el último bastión del Catolicismo. Cito aquí lo que dice Fernando Díaz-Plaja al respecto:
La gente empezó a no comprender nada de las películas que le presentaban. Recuerdo una famosa, Su vida íntima con Margaret Sullivan y Charles Boyer. Éste hacía de un hombre casado y enamorado de una soltera, pero imposibilitado de cumplir su sueño porque su esposa se negaba a concederle el divorcio. Los tres iban envejeciendo a lo largo de la película, en una tensión que complicaba y agravaba la reacción de los hijos al descubrir el secreto de su padre.
La censura decidió que ese argumento era muy inmoral y el diálogo se transformó para llegar a la situación siguiente: El personaje representado por Charles Boyer era soltero y vivía con su hermana viuda y sus sobrinos. A lo largo de la película, cuando su amante le pedía angustiada: ¿Porqué no nos casamos?, él le contestaba humillando la cabeza: Mi hermana no quiere…, no lo consentiría jamás…
Creo que, por más que los actores de doblaje hagan muy bien su trabajo, jamás serán los actores originales. Y nos perderemos del componente interpretativo que aporta su propia voz. Pero bueno, de momento intentare comprar los dvdes de región uno, que, más curioso aún, si que tiene subtítulos en español. Aunque viéndolo bien, será mejor que practique mi Inglés-escuchado y Sanseacabó.