Nota del Cartero: No encontré en mi interior otra cosa que decir, que la que ya había dicho hace un año. Así opté por reproducirla integramente.
Al llegar me di cuenta que no llevaba bandera. Había salido del trabajo directo a la manifestación y lo único que llevaba en las manos era la botella de agua, unas notas, y el periódico del día. Pero ayer tarde no hacía falta, era la tarde de los paraguas y ese sí que lo llevaba, más como amuleto meteorológico, que como destartalada herramienta de protección.
Nunca había permanecido tanto tiempo bajo la lluvia. Nadie se movía, y eso me hizo pensar que probablemente los paseos de Recoletos y El Prado se quedarían cortos. Los helicópteros batían con sus hélices las nubes, que no paraban de llorar. A esa hora toda España hacía lo mismo, dejando a un lado las diferencias políticas del día anterior, la campaña electoral de la semana anterior, la desconfianza mutua del mes anterior y manifestando realmente unidos ante una infamia.
Después de Tiananmen , nunca había visto a un chino manifestando y ayer lo vi. Con una pancarta de la asociación de empresarios chinos. Y vi negros azules y rumanos transparentes y suramericanos tristes, más tristes que nunca. Y achacosas ancianas con zapatos de monja estéril y velas impermeables. Y parejas con sus niños. Todos con paraguas. Todos forasteros, porque en Madrid, casi nadie es de Madrid. Los muertos y víctimas de los trenes que llavaban los números 17.305, 21.431, 21.435 y 21.713 eran y son una muestra más que representativa de los habitantes de esta ciudad. Sólo entre los muertos hay once nacionalidades distintas. El gobierno ha decidido adoptarlas y ha otorgado la nacionalidad española a todas las victimas extranjeras y sus familiares, como gesto de solidaridad.
Volví a casa empapado, drenado y con bandera. Una de luto en pegatina, que un espontáneo me colocó en la solapa. Fue una tarde húmeda, una conspiración de la naturaleza para disimular las lágrimas de un pueblo, del que ya me voy creyendo aquello, de que no está hecho para el desaliento.