Resulta sorprendente cómo un indefenso, hermoso, tierno y encantador cachorro humano puede terminar convirtiéndose en un político. De las metamorfosis de la naturaleza, esta es una de las más inquietantes.
Que se convierta en un dictador, un inquisidor inmoral o un esbirro hipocondríaco tiene sentido, pero ¡en un político!
Los políticos son un «invento» de las sociedades para mitigar, en lo posible, los peligros del monopolio del poder. Es una solución del tipo menos-mala: poner a competir a un muchos por obtener y ejercer distintas formas de poder, logrando así mantenerlos ocupados para que hagan el menor daño posible.
Me sorprende, porque un niño puede ser cruel, pero incapaz de negociar. Puede ser tirano, pero no se desvive por ocultarlo. Puede sentir miedo, pero no se hace el valiente. Miente, pero se rié cuando lo sorprenden y no se empeña en mantener la mentira. Puede creerse el centro del universo, pero en su primer día de colegio llora desconsoladamente y cuando ve a otros como él es capas de forjar amistades y hasta compartir sus juguetes.
Misterios de la Naturaleza.