Acabo de terminar de leer una autobiografía diferente, la de Steve Wozniak. Es el tipo de biografía que yo llamo «del otro», es decir, la de los personajes que pasan inadvertidos detrás de otros con los que han trabajado y forjado grandes empresas, ideas o aventuras.
Cualquiera que haya trabajado con un Apple ][, reconoce inmediatamente que esa máquina fue hecha con cariño y genialidad; y si la miras con detenimiento, verás que contiene la coherencia conceptual que poseen los grandes productos que han sido diseñados por una sola persona.
Tiene una redacción directa, plana y un poco habitual halo de honestidad. Como quien te cuenta su vida en una tarde con varios cafés. Creo que cualquier ingeniero vocacional se encontrará identificado inmediatamente y discurrirá en pocas horas por sus páginas, atisbando de vez en cuando una sonrisa de complicidad.
Ya hacia el final, hay una frase interesante que da para profundizar, y con la que estoy plenamente de acuerdo:
La mayoría de la gente no piensa que un ingeniero sea un artista por el tipo de producto que crea, pero este no funcionaría ni tendría un diseño elegante si los ingenieros no se devanaran los sesos para obtener los mejores resultados con el menor número de componentes. Eso es sofisticación.
En caso de que seas uno de esos excepcionales ingenieros, inventores y artistas al tiempo, te daré un consejo que puede ser un poco difícil de asumir: trabaja solo.
iWoz de Steve Wozniak con Gina Smith. Existe una buena versión en castellano por la Editorial RASCHE.