…el enemigo de ayer es el amigo de hoy, pues no hay política razonable sin capacidad de olvido.
Raymond Aron
En política – es decir, en todo – la táctica que menos rédito produce es la que se guía por la retaliación. A mi juicio, es la menos elaborada, poco inteligente y con menos margen de reconducción. Entre las más torpes, figura la retaliación orientada a los símbolos porque es sencillamente inútil. A los símbolos se les despoja de identidad y representación con hechos, y el más efectivo y contundente de los olvidos es el que nace de la indiferencia de los ciudadanos, el que termina asociándolo a tiempos peores.
La altura de las intenciones de un movimiento político de transformación no se demuestra con prácticas del pasado sino con aquellas que representan el futuro.
Las sociedades que han optado por ello les ha funcionado, se han transformado en medio de estatuas, calles y banderas del pasado y más de un mausoleo ha quedado limitado a un rentable atractivo turístico.
Antes que en demoler los símbolos es preferible concentrarse en derrumbar la impunidad y la pobreza.
Mucha torpeza para iniciar un año bisiesto.