Ayer a mis niñas, a propósito del exitoso lanzamiento del SLS y la nave Orion hacia la luna:
Pensadlo bien chicas: Hace 50 años, la gran mayoría de las mujeres que trabajaban en NASA lo hacían limpiando las oficinas y los baños. Había un puñado de pioneras en el área de cálculo y un par de ingenieras. De hecho, entre los 450 ingenieros y técnicos que había en la sala de lanzamiento del Apollo 11, sólo había una (1) mujer. Hoy, y por primera vez en la historia de NASA, una mujer, Charlie Blackwell-Thompson, está al mando de todo en la sala de lanzamientos. ¿Os imagináis lo que le ha costado llegar allí?
Así que no dejéis que os digan que la mujeres no sirven para ingenieras o para cualquier cosa que normalmente han hecho los hombres. Los necios suelen alegar que vosotras carecéis de curiosidad natural. Pero no discutáis con quien os lo diga, simplemente, pasad de ello y cultivad vuestra curiosidad.
Hay que decírselo para que estén atentas. Hay un momento crucial entre los 8 y los 12 años, donde dejan de hacer «cosas de chicos» y pierden curiosidad. Y creo que pasa, principalmente, porque éstos siempre plantean sus intereses en escenarios competitivos mientras ellas lo hacen en entornos colaborativos. También están condicionadas por las expectativas que familia y principalmente amigos tienen de lo que debería hacer y ser una mujer. No tengo datos estadísticos o psicológicos, sólo la experiencia como padre y la intuición. Pues que no se amilanen. Que si les gusta las ingenierías, que persigan lo que sienten, que es maravilloso. Y que estén absolutamente seguras que se puede ser ingeniera (o matemática o física) sin dejar de ser mujer.