No estaba previsto. El día en que hice público Cartas Jeroglíficas, intenté ser realista y advertí que en breve sucumbiría a las estadísticas y estaría muerto. Con expectativas tan bajas, entenderán que cumplir hoy veinte años puede ser visto como un raro caso de supervivencia digital.
El propio formato es ya un anacronismo. Pensad que facebook no existía (tampoco Twitter) cuando éste y muchísimos otros blogs nacieron a principios de siglo; y hoy, el propio facebook, es considerado el último superviviente de un formato antigualla que entonces fue introducido como la superación de los anticuados blogs.
A diferencia de los podcasts, que experimentaron una nueva vida luego de su paso por el desierto, el formato del blog no es más que un reducto que sobrevive, con grandísimos referentes, en algunos nichos. La carga cognitiva de leer en extensión y a veces entre líneas se ha convertido en insoportable para una mayoría de terrícolas.
Sin embargo, en medio de tal vorágine, este discreto y casi invisible blog sigue en línea por la misma razón que expuse cuando publiqué el primer post:
… la intención sincera de compartir libremente el conocimiento dentro de la red, sin más requisitos que el respeto mutuo… [para honrar]… aquellos tiempos fantásticos cuando éramos felices e indocumentados…
Besos.
El cartero.