Una mañana, de aquel año tortuoso de mil novecientos ochenta y tres, la maestra nos comunicó, que el comité de tortura histórica del colegio, había resuelto organizar un acto cultural, en el cual se interpretarían los himnos nacionales de todas las repúblicas libertadas por El Libertador. Cada clase cantaría uno, y a nosotros nos había tocado el de Bolivia. La tarea incluía, claro está, investigar desde la letra hasta la música. Cosa encomiable, dada la recóndita localización geográfica de mi pueblo. A los del último curso, se les encomendó además, la interpretación del himno nacional de España, como gesto de reconciliación con la Madre Patria: eso incluía su música y su “letra”.
Por curiosidad le pregunté a la maestra-monja, sobre el origen de los himnos. Ella me soltó una respuesta muy ecuménica: Eran las canciones que nuestros soldados, cantaban para darse ánimo antes de las batallas por la libertad. A mí eso me impactó. Siempre había visto a los soldados, como los chicos que eran obligados a hacer el servicio militar porque no habían querido estudiar. Y mi maestra me los presentaba como cultos combatientes de léxico enrevesado. Las letras de los himnos incluían unas palabras que jamás había escuchado, y cuyo significado había que buscar en el diccionario: Hado, loor, inmarcesible, lid, cerviz, empíreo.
Todos los himnos iberoamericanos, encierran lógicamente un grandísimo contenido “anti-imperialista”, recuerdo histórico y aura revanchista. Incluso algunos de ellos como el de Chile, por ejemplo, recibieron ajustes de letra, para no resultar tan antiespañol. Todos ellos necesitaban explicación y siempre en los exámenes había una pregunta del tipo, cual es el significado de las estrofas del himno nacional. Ese que cantábamos todos los días antes de clase.
Luego de la difícil labor de conseguir la letra del himno de Bolivia, pudimos localizar la música, a través de un radioaficionado, padre de un compañero de clase, que hizo que un boliviano exiliado se lo cantara por radio. Había incoherencias de letra, pero eso no importaba. Mientras, los “adultos” de sexto, se desesperaban faltando unos días para el acto, porque no encontraban la letra del himno español, sin entender la socarrona sonrisa de la madre superiora, cada vez que se los topaba. Tenían la música en un disco de 45, encontrado en la radio, pero de la letra ni rastro. Como último recurso, decidieron pedir hablar con los curas, ambos españoles, que con toda seguridad se las darían. Cuando les contaron el motivo de su visita, uno de ellos les dijo que con mucho gusto, y comenzó a cantar una canción que empezaba con el verso Sereno y alegres, valientes y osados, ante lo cual el segundo interrumpió, claramente indignado, para aclararnos que el himno de España no tenía letra. Ya de mayor caí en cuenta que lo que el cura aquel había entonado, era el Himno de la República, que había desaparecido luego de la guerra civil.
El día del acto llegó, y todos las clases cantamos en formación coral, excepto los del último curso, que una vez formados, se pusieron la mano en el corazón en señal de respeto, mientras un tocadiscos del programa de alfabetización, reproducía las notas del himno de España, ante la atónita mirada de los representantes, que detrás de cada compás, permanecían expetantes para escuchar la letra.
En la época franquista se cantaban ( o al menos existían) tres himnos, pero no me preguntes cuál era el prohibido.
Uno comenzaba con la frase: «Cara al sol con la camisa nueva…..» (Sería de los falangistas? No sé.)
El otro, comenzaba con monárquica devoción: «Por Dios, por la Patria y el Rey lucharon nuestros padres…»
Había un tercero que no tenía letra, lo cual era fuente de inspiración y estímulo a la creatividad, ya que cada cual improvisaba su propia letra, acompañando los compases de entrada: «Chanta!, chinta! as cachas de Florinda van a desfilar….» Por demás muy entretenido y con cierto saborcillo a potaje gallego.
Como el site de acceso a la música del himno de la República no está funcionando, no tengo idea a cuál música pertenece esta letra tan peculiar como una receta de haute cuisine, donde se mezcla lo almibarado de la gloria del cantar y mar de la armonía, con la acidez indiscutible del fiero incendio, producto quizá de exceso de pimienta en la receta.
Qué querés que te diga, yo, es la primera vez que la veo!
En posición de firrrr! y con la mirada al frente,
Un abrazo y FELIZ FIN DE SEMANA!
Palas
Por mi lado, y a lo mejor es algo freudiano, siempre me han gustado los himnos de otros países más que el de mi tierra natal. A veces me pregunto el por qué los gobiernos no intercambian los himnos de las naciones. Uds tocan un año el himno de nuestra nación y nosotros tocamos durante un año el de uds. Y hasta todos nos volvemos quizá más nacionalistas después de una experiencia de esas. Los himnos se deberían intercambiar como las barajitas. En la ONU se deberían meter todos los himnos en un saco y cada representante ir sacando el himno de turno. Y dar la posibilidad de: «Te cambio el himno de Nicaragua por el de los checos», etc etc. Por supuesto el acto de intercambio debería estar acompañado de un buen vino tinto.
Claro supongo que todo el mundo se pelearía la versión de EEUU tocada por Jimi Hendrix en aquel, creo, fue el Festival de Woodstock, o Isla de Wight.
Saludos como siempre.
Me gusta la idea de K., y se me acaba de ocurrir otra ¿ qué tal si además de los himnos intercambiamos Presidentes? Digo, no sé… Ocurre que por acá ya andamos desesperados por salir de este demonio enloquecido. Es más: No tienen que darnos nada a cambio y de Premium hasta se los regalaríamos con todo y tren ministerial.
Pucha digo! Mafalda dixit.
Bye
Ah, estimada invisible Palas: me gustó su comentario, pero por un pequeño detalle hay algo que no entendí. ¿A qué presidente te refieres? Supongo que por el nick que tienes debe ser el de Grecia o alguna isla del mediterrané.
Ahora por lo de «demonio enloquecido», puede ser cualquier presidente de la órbita latina…aunque Bush, no se salva de dicho calificativo.
(El comentario lo hago porque no logro identificar su ubicación geográfica… supongo que escribe desde España y entonces el demonio enloquecido pues sería Aznar, que después de todo lo ocurrido….)
De todas maneras vaya mis saludos.
Esto está muy bueno… Yo espero tu aclaratoria geográfica querida Palas.
De momento y con respecto a tu magnífica propuesta Khandika, de intercambio de himnos, bueno… primero habría que traducirlos al esperanto utópico, para que todo el mundo lo ¿entendiera?… 😉 Y de dejarse en el idioma original, incluir subtítulos a lo Karaoke.
Por otro lado, no estoy muy seguro de la aceptación imperial de ciertas estrofas de los himnos de las colonias. Mirad ésta, la más directa que he conseguido, extraída del himno del Perú. (con permiso de los peruanos.)
Nuestros brazos, hasta hoy desarmados
estén siempre cebando el cañón,
que algún día las playas de Iberia
sentirán de su estruendo el terror
Mis saludos a ambos.
Cielos! La cosa está más movidita de lo que esperaba. Entiendo el desconcierto de ambos, pero resulta que hay tantas opciones para escoger, que qué más da la ubicación geográfica de esta humilde observadora del acontecer mundial y sufriente sufragista de la paila dantesca donde me ubico terrenalmente ( que no es Europa, by the way)
Fíjense que mencionan a unos cuantos mandatarios, súmenles todos los que se les olvidan, y tendremos un diagnóstico del grado de descomposición global ( para usar un término muy de moda) en que vivimos.
Por otra parte, no estoy de acuerdo con meter a Aznar en el mismo saco de los Presidentes nada cuerdos (Bush incluido). El atentado en España es desde mi óptica, una reacción similar a la de la narco guerrilla colombiana contra todos los presidentes de ese país que abiertamente les han plantado cara.
Dicho esto, reitero mi oferta anterior y la amplío: Recibo UN Aznar, a cambio del simio que gobierna el territorio donde vivo, con todos sus ministros, asesores, y su tren militar ( que está urgentemente necesitado de pantalones, marrones preferiblemente, para ocultar las evidencias de su «arrojo y valentía»)
Un saludo,
Palas Atenea ( Minerva para los Latinos)
Paradójicamente, diosa de la sabiburía y de la guerra
Oca,
Me fui en una de ociosidad a revisar las letras de los himnos, que – con perdón – siempre me han dado mucha risa, por el pomposo y obsoleto vocabulario (porqué no las renovarán?) y además, porque eso de vivir de glorias pasadas, cuando el presente nada tiene de glorioso en muchos países, está como fuera de lugar.
Bueno, el caso es que ahora tengo una duda existencial ( ajena, no propia) ocasionada por una estrofa del himno de México, que comparto, con la expectativa de que alguien culto y versado en historia me responda: Los mexicanos de hace tres siglos, ¿eran hermafroditas? Digo, porque una de las estrofas de su himno dice textualmente: «…en sangrientos combates los viste por tu amor palpitando sus senos…»
O hay un error de concordancia, o aquí hay algo que escapa a mis entendederas. De ser cierto este planteamiento, eso explicaría en parte porqué los «manitos» se empeñan en hacer alarde de que son los meros meros machos…
Mexican brothers: No hard feelings, please!
Un perplejo saludo,
Palas
Si a los soldados se refieren, creo que podrían estar haciendo referencia a alguna de estas acepciones:
6. m. Parte interna de algo. El seno del mar. El seno de una sociedad.
8. m. regazo (ǁ lo que recibe en sí a algo o a alguien, dándole amparo, protección, consuelo, etc.).
Digo, yo.
Besos.
PD: Por ejemplo, en el vzla hablan de un Santo Nombre al que dadonle han muchos significados.
A mi me gusta mucho el himno de Venezuela… (La letra)
Pero odio toda marcha militar porque mi padre siempre me despertaba con una y me fastidia que me despierten….
Oh yo soy tan simple
xoxo