La política es la última pasión que muere en el hombre. No es porque sea la más vil, sino la más noble de todas las pasiones que tiene el hombre. Es la pasión de la felicidad colectiva, de encontrarse en el otro. Es el arte de ser felices juntos.
Laureano Márquez, politólogo venezolano.
A mi juicio, es precisamente por ser una pasión por lo que resulta vulnerable al maniqueísmo que suele transformarla en lo que no es. De hecho, la política se parece tanto a tantas cosas que hay gente que asegura haberla visto, al mismo tiempo, en lugares distintos. Aunque pensándolo bien, se asemeja más a las fotos de ovnis: Cuando alguien reporta un avistamiento, siempre aporta pruebas con imágenes borrosas o burdamente manipuladas.
Sigue haciendo el calor, como si fuera verano.